Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, aquella enfermedad metabólica crónica, que a pesar de ser muy común en la población aún no es concientizada totalmente en la sociedad. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, se estima que 62 millones de personas en América Latina tienen diabetes tipo 2, el número de casos ha ido aumentando en las últimas décadas. Probablemente hemos escuchado sobre la diabetes y la obesidad como dos enfermedades que pueden conllevar consecuencias negativas para la salud humana. Sin embargo, existe un nuevo término médico que se está convirtiendo en una epidemia mundial como es la diabesidad.
¿Qué es la diabesidad?
La diabesidad es el conjunto de dos patologías: obesidad y diabetes tipo 2. Juntas, estas condiciones aumentan en gran medida el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Para el endocrinólogo Jay Waddadar, de Cleveland Clinic, la diabesidad tiene un gran potencial en causar efectos nocivos en el cuerpo a largo plazo, debido a que es una afección silenciosa.
¿Cómo se relaciona la diabetes con la obesidad?
La insulina transporta la glucosa a los músculos para usarla como fuente de energía. Pero cuando una persona sufre de diabesidad, sus células se resisten y no permiten que la insulina mueva la glucosa hacia ellas. Al mismo tiempo, el área del hígado donde generalmente se almacena el exceso de glucosa está llena de grasa por un sobrepeso. Sin lugar donde almacenar la glucosa, ésta permanece en el torrente sanguíneo, por lo que el páncreas crea aún más insulina tratando de sacar la glucosa de la sangre, empujando contra esta resistencia creada por la grasa.
Como resultado, el páncreas trabaja demasiado y se desgasta durante este proceso, consecuentemente, este órgano empieza a producir menos insulina, provocando una acumulación de azúcar adicional en el torrente sanguíneo.
¿Todas las personas con obesidad desarrollan diabesidad?
Si el paciente posee sobrepeso, tiene aproximadamente seis veces más probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2, que puede desencadenar en diabesidad. Sin embargo, también depende de otros factores como: historia familiar, dieta, ejercicio, estrés y salud intestinal. Se recomienda llevar un estilo de vida saludable, la buena alimentación y el ejercicio, así los riesgos de padecer diabetes u obesidad son más bajos. Nuestro cuerpo nos agradecerá a largo plazo el haberlo cuidado y llevarlo por un estilo de vida saludable.
Léase también: Guía básica para entender la prediabetes.
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